Este signo ortográfico se emplea:
a) para delimitar cualquier tipo de cita textual, por ejemplo: Carla dijo: «Si reproduces esto en otro entorno, lo negaré»;
b) en la escritura de un término extranjero no adaptado al castellano y que aún no ha sido aceptado por la Real Academia española, por ejemplo: «yuppie», «toilette»;
c) para enmarcar un término o expresión que se utiliza de manera irónica, por ejemplo: Es un chico muy sincero»;
d) para indicar que una palabra es vulgar o impropia, por ejemplo: Vino con la «amoto»;
e) en la escritura de los títulos de artículos, poemas, cuadros o partes de obras, por ejemplo: Ha publicado su artículo «Las tecnologías llevadas al aula»; Leyó el «Romance de Rosafresca»; Nos mostró «Las meninas» de Velázquez; Es interesante el capítulo «El nombre común», recogido en Gramática descriptiva de la lengua española, de Ignacio Bosque;
f) para llamar la atención sobre una determinada palabra de la que se va a hacer un comentario, habitualmente de tipo lingüístico, por ejemplo: «Infligir» un castigo no es lo mismo que «infringir» una norma.
Existen distintos tipos de comillas:
a) angulares, latinas o españolas (« »);
b) inglesas (“ ”);
c) simples (‘ ’).
El empleo de uno u otro tipo de comillas es indiferente, tan solo hay que tener en cuenta su uso alternado en los textos que ya aparecen entrecomillados, por ejemplo: Entonces, Ernesto sentenció: «Este “personaje” nos va a llevar a la ruina a todos».
|