Se dice de aquellos que por llevar un extravagante atuendo externo se consideran grandes pensadores. |
Histórica frase que dirigió a Aníbal su lugarteniente Maharbal, reprochándole el no haber continuado la lucha después de la victoria de Cannas, para invadir Roma. Se utiliza para referirse a quien, teniendo al alcance de la mano el triunfo, lo abandona en el último momento. |